Analizaremos cuándo prescribe una deuda de tarjeta de crédito y los requisitos necesarios para que esto ocurra. También abordaremos el plazo de prescripción y la aplicación de la Ley de la Segunda Oportunidad para resolver este tipo de deudas.
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Prescripción de una deuda de tarjeta de crédito
El plazo de prescripción de una deuda de tarjeta de crédito en España está regulado por el Código Civil y, generalmente, es de 5 años.
Esto significa que, si el acreedor no ha reclamado formalmente el pago de la deuda dentro de este plazo, el deudor tiene el derecho de alegar la prescripción para evitar el pago.
Esta regla aplica a deudas generadas por el uso de tarjetas de crédito, incluyendo tanto el saldo total impagado como los intereses acumulados.
Es importante destacar que la prescripción de una deuda no es automática. El deudor debe invocar esta condición de manera explícita si el acreedor intenta reclamar el pago judicialmente.
Además, el plazo de prescripción puede interrumpirse si el acreedor toma acciones como enviar un requerimiento formal o iniciar un procedimiento judicial. En tales casos, el plazo vuelve a contar desde cero.
La deuda de una tarjeta de crédito entra en el mismo régimen que otros créditos no hipotecarios, por lo que los acreedores están sujetos a los mismos límites de tiempo para exigir su cobro.
Sin embargo, la deuda puede llegar a ser transferida a terceros (como empresas de recobro), quienes también pueden intentar reclamarla dentro del plazo.
- Plazo de prescripción: 5 años desde el último pago o desde que la deuda es exigible.
- Interrupción del plazo: Cualquier acto de reconocimiento de la deuda o reclamación formal del acreedor.
- Invocación de la prescripción: El deudor debe alegarla si el acreedor reclama fuera del plazo.
La prescripción de una deuda de tarjeta de crédito es un derecho que protege al deudor, pero debe gestionarse adecuadamente para que el acreedor no pueda exigir el pago tras el plazo legal.
Requisitos para que prescriba una deuda
Para que una deuda de tarjeta de crédito prescriba, es necesario que se cumplan ciertos requisitos. En primer lugar, debe haber transcurrido el plazo legal de 5 años sin que el acreedor haya tomado ninguna acción formal para reclamar la deuda.
Además, el deudor no debe haber reconocido la deuda de ninguna manera, ya sea realizando un pago parcial o aceptando su existencia por otros medios.
El deudor también debe tener en cuenta que el plazo de prescripción puede interrumpirse en cualquier momento si el acreedor inicia una acción judicial, envía un requerimiento formal o incluso si se contacta al deudor para negociar el pago. En tales casos, el plazo se reinicia y comienza a contarse nuevamente.
- **Transcurso del plazo legal:** La deuda debe permanecer sin reclamaciones durante 5 años.
- **No reconocimiento de la deuda:** El deudor no debe haber reconocido la deuda durante ese período.
- **Sin acciones judiciales o formales:** El acreedor no debe haber tomado acciones para interrumpir el plazo.
Si se cumplen estos requisitos, el deudor puede alegar la prescripción de la deuda y evitar su pago.
Ley de la Segunda Oportunidad
La Ley de la Segunda Oportunidad en España es una herramienta legal que permite a personas físicas (no solo empresas) liberarse de deudas impagables, incluidas las de tarjetas de crédito.
Bajo esta ley, una persona sobreendeudada puede solicitar un acuerdo extrajudicial de pagos o, si esto no es posible, la cancelación de las deudas a través de un procedimiento judicial.
Para acogerse a esta ley, el deudor debe demostrar que ha actuado de buena fe y que no tiene activos suficientes para pagar sus deudas. La Ley de la Segunda Oportunidad es una opción viable para aquellos que, a pesar de estar dentro del plazo de prescripción, no pueden hacer frente a sus obligaciones económicas.
Plazo de prescripción de la deuda por una tarjeta de crédito
Como se mencionó anteriormente, el plazo de prescripción de la deuda por una tarjeta de crédito es de 5 años. Este plazo comienza a contar desde el momento en que la deuda es exigible o desde que se realiza el último pago.
Si durante ese tiempo el acreedor no ha reclamado formalmente la deuda, esta puede prescribir, lo que impide al acreedor exigir el pago judicialmente.