Octubre de un año cualquiera. Lunes laborable. Ocho de la Mañana. Málaga se despereza al ritmo de los latidos del otoño, entre promesas de luz y de sol, y de brisas tibias. Es la tercera rotonda o glorieta que atraviesas entre cláxones, frenazos y algún improperio subido de tono.
Juan, tu hijo pequeño, llora en el asiento trasero porque –como cada mañana- no quiere ir al colegio… “¡con lo que bien que estaba durmiendo en mi cama, mamá!”. Toca llevar al perro al veterinario después de dejar a Juan en clase y el animal se agita nervioso en la parte baja del asiento del copiloto, contagiado por el estrés general.Entonces llegas a la famosa rotonda de El Viso, grande y caótica como ninguna, con cinco carriles y cuatro veces más tráfico del que puede absorber en condiciones normales.
El perro ladra con brío, Juan pilla una pataleta, frenas porque el coche que te precede hace un extraño y entonces oyes un golpe y percibes un impacto por la parte trasera. El vehículo de atrás no ha frenado a tiempo y te ha alcanzado. Nada grave, pero hay daños en la carrocería.
Juan se alegra, porque sospecha que su entrada al colegio se va a retrasar, el perro gimotea sin entender nada…Llevas diez años con carnet de conducir y conduciendo a diario, y nunca has tenido el menor percance, pero siempre hay una primera vez…:
¡Bienvenida al mundo de los accidentes de tráfico! Bromas aparte, como todas sabemos, la conducción de vehículos a motor –tan extendida hoy- genera un importante volumen de reclamaciones y demandas judiciales.
Son pocas las veces que los conductores implicados asumen su culpa o están de acuerdo con la versión del contrario, lo que genera un conflicto que ha de resolverse por vía extrajudicial, o muchas veces, en el Juzgado.
Por desgracia para muchos, en el momento de un suceso con relevancia jurídica, no llevamos “puesto al abogado”, no podemos consultarle sobre la marcha y la tensión y el desconocimiento nos llevan a tomar decisiones erróneas.
¿Qué hacer ante un accidente de tráfico?
Lo primero que debes saber en caso de accidente es que el parte amistoso no es una balsa a la que agarrarte en plena tempestad. Mucha gente pretende solucionar el problema así, y al final el parte se rellena mal y ningún tercero deja constancia de lo que realmente ha pasado. En caso de duda o discrepancia, debes avisar a la policía para que levanten el correspondiente atestado.
Una vez pasado el “mal rato”, debes contactar con tu seguro, porque tal vez tengas cubierta la defensa jurídica y pongan un abogado a tu disposición. Si no, pues tendrás que buscar uno por tu cuenta. La importancia de acudir a un profesional especializado en Derecho Civil y/o accidentes de tráfico en tal caso, es muy importante, porque será quién te guíe y vele por la defensa de tus derechos e intereses.
Gestiones como contactar con las aseguradoras, facilitar los trámites de valoración de desperfectos o calcular la indemnización por los daños y perjuicios sufridos, incluidas las lesiones físicas, correrán por cuenta del abogado que contrates. En la provincia de Málaga son muchos los profesionales que se especializan en la materia, dado el significativo volumen de tráfico rodado que se mueve en ella y que por desgracia, da lugar a que se multipliquen este tipo de accidentes.
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